¿Estás estresado?

Estrés. Estrés, estrés, estrés… Tan solo con pronunciar unas cuantas veces esta poco agradable palabra, parece que te invade por dentro la inquietud, la ansiedad, la falta de aire…
El estrés es una de las grandes enfermedades del siglo XXI. El ritmo vertiginoso que llevamos en la actualidad hace que no paremos ni un instante en todo el día: te levantas bien temprano por la mañana, desayunas, sales corriendo (todavía medio dormido) hacia el trabajo, o quizá antes tienes que llevar a tus hijos al colegio, también tienes sufrir atascos, la carga del trabajo diario, tienes poco rato para comer al mediodía antes de seguir trabajando un poco más hasta finalizar tu jornada laboral, sales corriendo otra vez para recoger a los niños del cole o de la casa de quién te los haya recogido, para colmo aguanta más tráfico, lleva a tus hijos a las actividades extraescolares o (si no los tienes) te obligas a ir al gimnasio para hacer un poco de deporte, haz la compra y llega a casa, ponte a limpiar un poco, haz lavadoras, prepara cena y comida para el día siguiente, quizá tengas que revisar algo más de tu trabajo y no ves la hora de irte a dormir…
¿Tú crees que después de este día tan intenso podrás irte a la cama relajado? Porque si te vas a dormir con toda esa tensión acumulada, ten por seguro que no descansarás como debes para recuperar todo ese desgaste de energía física y mental. Y el descanso es imprescindible para llenarte de salud y afrontar tu día a día con vitalidad y felicidad.
¿Qué es el estrés?
Ahora vamos a coger aire para calmarnos y poder reflexionar un poco. Seguro que alguna vez en la vida habrás experimentado estrés, o puede que seas de los que no tienen la suerte de no librarse ni un solo día de este mal compañero.
Quizá te preguntes muchas veces por qué no puedes dejar de estar estresado, por qué no consigues tomarte las cosas con más calma si, total, al final del día has completado todas las tareas que debías hacer. No sabes por qué te ocurre esto a ti y, lo más importante, cómo afecta a tu salud (porque sientes que no estás bien).
Y sí deberías estar un poco preocupado acerca de tu estrés porque este mal realmente afecta a tu salud. Además, en situaciones de extremo estrés te pueden surgir problemas muy graves de salud en forma de otras enfermedades.
Pero seamos positivos y afrontemos esta situación, porque de eso trata el estrés: de la capacidad y habilidad que tiene una persona de afrontar las situaciones.
Anatomía del estrés.
¿Sabes realmente qué es el estrés? El estrés es una reacción fisiológica y normal del organismo, que desencadena mecanismos de defensa y activa recursos y conocimientos con el fin de lograr afrontar una situación percibida como amenaza, desafío, peligro o pérdida.
En principio, el estrés es algo positivo (como reacción fisiológica que es) porque te prepara para afrontar una mala situación de manera eficiente. Pero esa situación se acaba y tu cuerpo debe volver a su nivel de estabilidad normal, tanto física como mental. Este estado, cuando se da en un corto periodo, se denomina estrés agudo.
Pero hay personas que no consiguen dejar de ver la situación como estresante. Muchas personas no consiguen deshacerse de esa sensación agitante y durante semanas e, incluso, meses viven en permanente estado de estrés. Es en este punto cuando el estrés se vuelve perjudicial para la salud, cuando percibes que no eres capaz de gestionar todo lo que sobreviene durante el día, cuando no afrontas que la situación te desborda y debes priorizar. Este estado se denomina estrés crónico.
¿Cómo se produce el estrés?
El estrés conlleva unas fases. Resumiendo, la evolución del estado de estrés sería: la percepción de la situación, su evaluación y el afrontamiento de esta.
El estrés se produce cuando la persona evalúa (consciente o inconscientemente) que no será capaz de afrontar ni superar las exigencias y presiones de las situaciones (amenazantes, desafiantes….) con los recursos, conocimientos y capacidades que posee.
Causas fisiológicas y psicológicas derivadas del estrés.
Ante una reacción de estrés, el cuerpo libera una serie de hormonas, las cuales producen reacciones en tu cuerpo que te ayudarán a afrontar esa situación. Esta conducta es beneficiosa a corto plazo, pero si la respuesta de estrés se prolonga en el tiempo, puede causar una serie de problemas físicos y mentales:
- Problemas cardíacos: presión alta, insuficiencia cardíaca, etc.
- Trastornos digestivos.
- Colesterol, diabetes y obesidad.
- Dolores musculares y de cabeza, causados por la tensión.
- Problemas cutáneos: eczema y acné, reacciones alérgicas.
- Ansiedad y depresión.
- Estreñimiento.
- Problemas menstruales.
- Problemas sexuales.
- Cansancio y debilitamiento del sistema inmunológico.
- Problemas de rendimiento mental: falta de memoria, dificultad para concentrarse, mal razonamiento, etc.
- Conductas no saludables: malos hábitos alimenticios, abuso de alcohol y drogas, conducción temeraria, etc.
- Insomnio.
Como bien expresa el dicho: todo depende del color del cristal con el que se mira. La clave del estrés es la percepción, sentir que eres capaz de controlar la situación que tienes delante, que tienes los recursos y habilidades necesarios para gestionar de manera eficiente todo lo que debes afrontar en tu día a día.
El estrés no es un enemigo difícil de combatir si lo conoces bien y, sobre todo, si te conoces bien a ti mismo. Piensa que eres capaz de vencer todo, de salir exitoso cada día y será mucho más feliz.
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